Pan sin carne era la dieta de Juan, tras horas imaginaba su vida un poco menos feliz.
En esos momentos las sombras comenzaban a correrse, ya no había escapatoria otro día empezaba.
El mate, la jarra, el cigarrillo todo nuevamente se llenaba de color, Hacia frío pero no importaba, otra noche era olvido.
Gris oscuro es el color de mis piernas y negro ya esta mi alma, retrato de mi ausencia a la hora de comer.
Vientos sin reparo, solo al poder mirar trataras de entender los cuentos de mil días.
domingo, 8 de febrero de 2009
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